Te recuerdo en mitad de una noche cualquiera al compás de un piano desafinado. ¿Recuerdas? Ese que tanto te gustaba tocar y que yo detestaba.
"¿Por qué acariciar sus teclas pudiendo acariciar mi cuerpo?" Pensaba siempre mientras te observaba inmóvil.
Te olvido en mitad de una noche cualquiera mientras vacío litronas y litronas de cerveza. ¿Recuerdas? Esas que tanto me gustaba beber cuando estaba contigo y que tú tanto detestabas.
"¿Por qué acariciar con tus labios la botella pudiendo besarme a mi?" Decías siempre con una sonrisa en la boca.
Y te vuelvo a recordar. Y por fin lo entiendo: tú decías todo, yo no decía nada. Pero ya no importa, ahora solo necesito recordarte y olvidarte constantemente. Hasta que el piano deje de sonar. Hasta que la botelle se vacie...
No hay comentarios:
Publicar un comentario