martes, 7 de mayo de 2013

Es puro miedo.

Miedo a los recuerdos y a que se reabran las heridas. Miedo a perderse de nuevo (más) volver a caer y no encontrar la salida. Miedo a la necesidad, a sus besos y a que salte el chip incorrecto.
Miedo a las lágrimas que nunca salieron, esas que siempre llegan tarde, en el momento indebido y que se clavan como puñales. Dolor e impotencia suelen llevar por nombre.

Miedo a abrir los ojos y que todo cambie...

Sí, cobarde por naturaleza, valiente por obligación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario