miércoles, 12 de marzo de 2014

Me pone triste.

Me pone triste pensar que ya me has olvidado, o que ni siquiera has tenido que hacerlo porque nunca he sido parte de ti. Me pone triste recordar lo que era y que al final resultó no ser y ver que ahora no sé si es ni si será algún día. Me pone triste la idea de que me eches, de que te vayas del todo. Pero aún más triste me pone darme cuenta de mi egoísmo absurdo. O mi orgullo tardío. O mi razón cegada. O mi corazón suicida. O lo que cojones sea esto que me hace comportarme a veces como una auténtica gilipollas.
Y me pone triste no hacerte feliz, no poder ayudarte ni darte lo que necesitas. Y es que en el punto en el que estoy mi vida solo sirve para verte sonreír..

Me pones triste, pero luego te disfrazas de diosa y me sacas la alegría. Y me abrazas, y el mundo parece más bonito de lo que es, y yo me siento menos mierda de lo que soy en realidad. Y te ríes, y me empujas a reírme. Entonces me siento bien, porque te veo y se me quitan las penas. Y yo que sé joder, que como dice la canción "aplacas mis males tan solo con verte reír" o esa de "la vida es menos puta si estás a mi lado"
Me haces feliz con cuatro palabras, vuelvo a recuperar la confianza y yo que sé.. otra vez creo que esto vale la pena y que soy lo suficientemente importante como para que no te vayas corriendo. O para que me recuerdes al escuchar una canción. O para que me eches de menos si no me ves. O para que sonrías al escuchar mi nombre. O para que no me cambies por ninguna, yo que sé.

Pero luego me enfado y arraso con todo. Pierdo las ganas al recordar y recordar. Y me pongo en lo peor. Y me cabreo contigo y con ella y con todas. Y me cabreo conmigo sí, sobretodo conmigo.. Es entonces cuando tengo miedo, mucho miedo. Miedo a que las verdades sean mentiras también. Miedo a que mañana todo cambie y me quede sin nada. Miedo a que la vida vuelva a ser tan puta como siempre...

¿Y que hago? ¿Y por qué sigo si he perdido la poca seguridad que me quedaba? Porque después de ponerme triste, de ser feliz y de enfadarme, algo se enciende dentro del corazón. Una voz salta de repente, de la nada, y me pide que afloje, que intente, que tire pa´lante y ya veremos que pasa. Que si hay que volver a curar heridas se curan. Que si hay que volver a llorar se llora. Pero que no me pare, que no abandone. Que la quiero mucho dice. Que necesito hacerla feliz insiste. Que a pesar de todo el dolor es la única que te hace sonreír de verdad y que a pesar de todas las decepciones aún confías, me grita. Y yo asiento, aprieto los puños y me seco las lágrimas. Y busco un abrazo, SU abrazo, para creérmelo, para sentir que es real, para olvidarme de todo unos segundos, para sentirme a salvo. Y es que ella es muchas cosas, pero sobretodo es casa. MI casa.
Y por fin respiro, y ella ríe y me hace reír. Y soy feliz.. Y al final del día lo pienso, y compensa haberme puesto antes triste y haberme cabreado. Por ver su sonrisa merece la pena y si la he provocado yo... Más aún.


Y sí, a estas alturas aún no sé si es amor o si soy gilipollas, pero es bonito a su manera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario