Hay veces, cuando ya no creo en nada, que tan solo la sonrisa de un niño por la calle me hace feliz. Y es que en esos momentos en los que he perdido la esperanza, cualquier detalle insignificante hace que vuelva a apretar los puños y recupere las ganas de seguir luchando...
Por eso, en dias como hoy, un "si necesitas algo llama, porque no estas sola", salir al balcon y ver mi estrella o un abrazo sincero, es mas que suficiente para hacerme feliz. La clave esta en las pequeñas cosas.
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