viernes, 21 de marzo de 2014

Siempre con el freno de mano puesto.

Y eso es lo que nos paso, que siempre fuimos con el freno de mano puesto.
Yo frenaba por miedo a perder lo que en realidad nunca tuve. Tu nunca llegaste a arrancar porque aun tenias los ojos en el pasado. Y asi nos fue, tu queriendo querer, yo queriendo creerte.
Poco a poco todo iba oliendo a chamusquina sin que llegararamos a entender muy bien porque nos estabamos quemando pero, lo cierto, es que a los pocos meses lo nuestro estaba ardiendo y que, por miedo, torpeza o cobardia, fuimos incapaces de apagarlo a tiempo.

Nos volcamos por completo, quizas obligandonos a que fuera lo que no tenia que ser. O, tal vez, fue lo que debia pero en el peor momento. O, a lo mejor, asi tenia que ser todo. No lo se y ya, dudo que importe..

Al final, nos ha quedado grande esta historia.. Y es que despues de tanto, las cenizas no se saben administrar bien. Al fin y al cabo algo queda, aunque no se sepa bien el que.

Y yo... Y yo he aprendido que el fuego quema y mucho, que no se puede dar todo y que las lagrimas de poco valen.
Y tu... Y tu no se.. Ojala puedas gestionar todo esto mejor que yo y que, la proxima vez, no dejes el freno de mano puesto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario